Dictaduras y dictadores

Opinión - José Luís Arellano Herrera

www.nosolomerida.es | Opinión | José Luís Arellano Herrera | En un viaje que he realizado por el Noreste de Europa, como consecuencia de una celebración familiar, he tenido la suerte de conocer Cracovia (Polonia) como ciudad, la misma que los nazis imaginaron su conversión en una ciudad completamente alemana después de la eliminación de todos los habitantes judíos y polacos.

Y estando en el epicentro del antiguo pueblo nazi, no me quedó más remedio que conocer la ciudad de Auschwitz-Birkenau aunque solo fuera por la curiosidad de conocer los campos de exterminio donde llegaron a estar internados un total de un millón trescientas mil personas, de las cuales murieron en torno a un millón de judíos.

Según las cifras que se manejan, el grupo mayoritario de judíos trasladados al campo corresponde a las deportaciones que se hicieron desde los distintos países europeos en 1944 como Hungría, Polonia, Rumanía, Bulgaria, Francia, Holanda, Alemania, Austria, Italia, etc.

En Auschwitz-Birkenau murieron también unos 70.000 prisioneros políticos polacos, más de 20.000 gitanos, 10.000 prisioneros de guerra soviéticos y en torno a 2.700 presos republicanos españoles, además de cientos de Testigos de Jehová y miles de internados a causa de la homosexualidad.

Y viene a cuento este comentario y experiencia mía, cuando escucho y leo en la prensa cotidiana de nuestro país, las referencias periodísticas que se hacen por las exhumaciones de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, como si se tratara de un mártir, cuando simplemente estamos hablando de un dictador que hizo mucho daño a muchos miles de españoles y no solo en la guerra, sino hasta cuarenta años después de la “Paz honrosa” que tanto prodigó él mismo al final de la contienda.

Y todavía hay quien pretende, que el traslado se le haga con todos los honores y hasta militares para llevarlo de nuevo a la Catedral de la Almudena y todo ello con el beneplácito de la Iglesia Católica, que sin darse cuenta y por ser tan agradecida con el “franquismo” se pueden colgar un San Benito, que ya veremos quién se lo quita después.

¿Es que no estaría mejor en el cementerio de Mingorrubio de El Pardo con su esposa, su hija y hasta con su yerno?.

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