Santa Eulalia, un lugar de peregrinación

Opinión - José Luís Arellano Herrera

www.nosolomerida.es | Opinión | José Luís Arellano Herrera | Aquí todo el mundo conoce sobradamente la importancia y lo que representa la basílica Eulaliense, no ya como yacimiento arqueológico de primer orden que lo es; ni como elemento cultural y religioso de primera categoría que también lo es; y ya va siendo hora, de que las autoridades eclesiásticas en primer lugar y las civiles en la misma línea, ahora que se nos piden ideas para mejorar en todos los aspectos nuestra ciudad, se empiece a trabajar en la divulgación de un centro martirial de primer orden, en el que las peregrinaciones a la Basílica empiecen a ser lo cotidiano.

Sin ánimo de entrar en un juicio de valores, ni de hacer comparaciones, porque  tampoco es mi intención; Santiago de Compostela, ha creado alrededor del Santo, una aureola de autenticidad, con los caminos para llegar hasta Él y los años Santos y Jacobeos en su honor, etc., etc., que no tienen parangón con ninguna otra leyenda religiosa y todo ello sin tener una base cierta, ni conocida del paso del Apóstol Santiago por Galicia, ni de haber encontrado, lugares emblemáticos para autentificar tal hecho, como podrían ser, una cripta real, u otro lugar que se  relacionase con  tal personaje. Esa devoción, es toda una pura fantasía, hecha realidad.

Y es aquí en Mérida, provincia de Badajoz (Extremadura), dónde se dan precisamente los primeros pasos del cristianismo, creando igualmente el primer Obispado de España; lugar emblemático por la religiosidad de los Padres Emeritenses; dónde se celebraron varios Concilios tutelados por los obispos Paulo, Fidel o  Mausona; donde se tiene conciencia del lugar exacto de la cripta de Eulalia, después de unas obras realizadas en los años 90, por el arqueólogo emeritense Pedro Mateos; porque no hay conciencia, de que en este lugar, se hayan venerado restos de otros santos, más que los de Eulalia; y porque sabemos con total certeza, que en los últimos años de hegemonía del Imperio romano y antes de que iniciaran su conquista los árabes, allá por los años (700 d.C.), las peregrinaciones a Mérida, eran constantes y venidos de todas las partes de España y de Europa, dándose la paradoja de que el Obispo de Mérida, tuvo que llamar la atención de los creyentes, para que no se olvidaran de otros santos emeritenses, que aquí yacían, como Santa Julia, San Germán, San Servando  o  Santa Lucía, etc.

Todo esto que os he relatado, es de una claridad tan meridiana y de una certeza tan aplastante, que lo entiende todo el mundo, que los emeritenses no lo dudamos; sin embargo, que cosa tan curiosa, los que deberían ser los primeros en sacar provecho de esta situación, callan y callan..., y por si fuera poco, han mantenido la Basílica cerrada a cal y canto, casi como ocultando que un hecho de tanta relevancia, pudiera perjudicar otros intereses de la provincia eclesiástica, que es mejor silenciar.

Es sencillamente penoso, que un enclave que podría ser la envidia del mundo occidental cristiano, siga en el olvido de las Administraciones a pesar de la cercanía, tanto de las civiles, como de las eclesiásticas y a pesar también, de la peregrinación que últimamente  se viene celebrando el día 9 de cada Diciembre.

Pensemos que los tiempos del Obispo Gelmírez con su desenfrenada custodia de lo ajeno ya pasaron y que por lo tanto, deberíamos recuperar nuestro patrimonio cultural, nuestra historia y nuestra patrona Santa Eulalia, con todo el esplendor que su memoria  merece.

¿O es que, con el  resurgimiento devocional Eulaliense, podríamos hacer sombra  desde  Mérida,  a algo o  a alguien?

¿No será esta la verdadera razón, para tanta indiferencia y tanto silencio arzobispal?

Yo espero sinceramente, que la “Figura de la Mártir y su proyección en la historia”, sea el espaldarazo que abra las filas con el estandarte que nos lleve  a la recuperación completa de su vida, sus obras, sus milagros y de su reposo final en la Basílica  que  lleva  su  nombre. AMEN.

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