Calvo: “España es un gran referente para el feminismo y lo va a seguir siendo porque hay una alianza muy fructífera con el socialismo”

España

www.nosolomerida.es | “Para la derecha y la ultraderecha somos el objetivo a batir, porque saben que no hay nada que transforme más una sociedad que la participación y el empoderamiento de las mujeres”.

Carmen Calvo, secretaria de Igualdad del PSOE, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, lo tiene claro: España es “un referente” para el movimiento feminista en todo el mundo, y lo es porque “un gran partido, como el Partido Socialista, se hace eco de lo que el movimiento propone para seguir construyendo la democracia”, en lo que supone una “alianza extraordinaria”.

En una entrevista a pocas horas de participar en la manifestación de este domingo en Madrid con motivo del 8 de marzo, la mujer con más poder del Gobierno de Pedro Sánchez recuerda que, después de llegar tarde nuestro país a muchas revoluciones, “a esta revolución cotidiana, imparable, transformadora, democrática y pacífica que es el feminismo, España no ha llegado tarde”, sino que “está desde el principio”.

“Hemos sido referente en la ley de matrimonios de personas del mismo sexo, en leyes de Igualdad que han salido del PSOE, en los gobiernos paritarios y más que paritarios… En esto España ha sido cabeza, vanguardia -¡ya nos tocaba no ir copiando ni detrás, sino delante!-, y lo vamos a seguir siendo porque hay una connivencia y una alianza muy fructífera”, en el sentido de que el movimiento feminista sabe desde hace muchos años que es al Partido Socialista al que tiene que presionar políticamente”, para “conseguir logros”. “Esos vasos comunicantes han dado resultados espectaculares” afirma Calvo, quien además recuerda que “somos el ejemplo en el que se miran otros países”, algo que “vivimos y nos trasladan cada vez que salimos fuera”.

En clave más personal, Calvo reconoce que se hizo feminista porque “comprendí muy pronto que iba a competir en desigualdad de condiciones con los hombres, en una sociedad machista” donde había “muchas desventajas” para las mujeres. “Así que encaminé mi vida social, una parte de mi yo, a la lucha por lo que es justo, y por eso fui muy pronto socialista y feminista”, explica.

Participar el 8M porque “va la vida” en ello


Carmen Calvo es consciente de la enorme importancia que tiene mantener el nivel de años anteriores en las movilizaciones con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y por eso anima a participar a quien dude hacerlo, pues “le va la vida” en ello. “Le va” el que se sigan “tomando decisiones para proteger su seguridad” y la de sus hijos e hijas, el que pueda “caminar sola y tranquila por una calle a las tres de la mañana”, que “no se la discrimine en su camino curricular profesional” o pueda tener la misma pensión que un hombre. “Le va su vida como ciudadana de una democracia”, “su lucha”, porque “el feminismo nos ampara a todas, y a todos los hombres demócratas”. “Es un movimiento suficientemente amplio, razonable, humanitario, progresista y generoso” como para acoger “a cada mujer que decida que, además de su vida personal, quiere tener una lucha colectiva, y a lo mejor sin la etiqueta de un partido”.

A quien no haya decidido aún si acudir a una de las muchas manifestaciones que se van a celebrar el próximo domingo “le diría que le va la vida” y que “tienen que formar parte de esto, que estamos viviendo en el siglo XXI y que, por más que se empeñen quienes se empeñan, ya no tiene punto de retorno, ni en España ni en el resto del mundo”.

El gobierno feminista de Pedro Sánchez


Retrocediendo a junio de 2018 y sobre la sorpresa que representó para el mundo el primer gobierno de Pedro Sánchez, con más mujeres que hombres formando parte del Gabinete, Calvo ha destacado que significó “una apuesta por apuntalar la democracia del siglo XXI”, que va a “mejorar y avanzar escuchándonos a nosotras”.

Las mujeres tenemos cosas diferentes que decir en el poder, en la política, en el futuro del sistema democrático, “así que creo que fue un grandísimo mensaje” en el sentido de que “la democracia del siglo XXI, o cuenta con nosotras, o no tienen viabilidad”. Y fue también “rotundo” al transmitir que “ellas no van a dejar de estar en los espacios públicos”, porque “tienen que aportar, las tenemos que escuchar y tiene que ejercer poder”. “Creo que ese fue el gran mensaje que, de alguna manera, asombró, pero que está en la línea del Partido Socialista”, pues ya en su día “hizo una gran apuesta también José Luis Rodríguez Zapatero”.

Feminismo y Socialismo


A lo largo de toda la entrevista, la secretaria de Igualdad ha insistido en la estrecha vinculación que existe entre socialismo y feminismo, convencida como está de que “el socialismo del siglo XXI desemboca en el feminismo”, y de que la apuesta contundente que ha hecho en ese sentido “el Partido Socialista Obrero Español le ha dado un gran refuerzo a la socialdemocracia de todo el mundo”.

Porque, “qué hace el socialismo de siglo XXI si no da respuesta a más de la mitad de la población con todas las desventajas que tenemos, con todas las injusticias que –todavía- se construyen contra nosotras, con todas las dificultades que tenemos las mujeres del mundo para alcanzar en algunos países incluso la simple ciudadanía”; “qué haría el socialismo si no se hiciera cargo de esa causa”, se ha preguntado Carmen Calvo, para concluir que es “su propia evolución natural” la que “le lleva ahí”.

Feminismo y socialismo “tienen mucho que ver”. “Al feminismo que hacemos desde el PSOE le sigue doliendo mucho la pobreza” cuyo mayor exponente son las mujeres, que son quienes también tienen más dificultades en las zonas de conflicto y contra quienes se cometen delitos específicos por el solo hecho de ser mujeres. Por tanto, reiteró, “se llega de una manera casi natural y, por eso, hemos hecho una gran aportación las feministas del PSOE a la estructura ideológica del partido para este siglo”.

Preguntada por las grandes conquistas del movimiento feminista, Carmen Calvo ha destacado que, “fundamentalmente, la lucha por la integridad de nuestros cuerpos” y el “pelear contra la violencia que nos asesina”. “Poder interrumpir el embarazo según la ley, para decidir sobre nuestra maternidad”, “la anticoncepción, que nos ayudó mucho a tener libertad sexual”, “el divorcio, que nos permite casarnos o no, y no formar parte de una institución que nos ha tenido dedicadas a lo largo de los siglos solo a la reproducción y al cuidado de otros”, y “la educación, que nos ha dado conocimiento y formación para tener sueldos e independencia económica”. En definitiva, el poder “liberarnos” y dejar de ser esos seres esclavizados que hemos sido durante siglos, dentro de “unos estereotipos de los que no podíamos salirnos, pues éramos esposas, madres, hijas, seres dependientes de los varones que decidían sobre nosotras”.

Y aunque en parte ya “hemos podido alcanzar el ser ciudadanas del mundo, de las democracias”, aún “nos queda mucho” por lograr. Porque como ha señalado la responsable de Igualdad socialista, “duele lo que le pasa a otras en otros sitios, y creo que en eso estamos dando un recital de la visión universal y de los derechos humanos que otros movimientos progresistas han perdido”.

Jóvenes que se suman al movimiento


En cuanto al hecho de que cada 8 de marzo crezca el número de las jóvenes que participan en las movilizaciones y que éstas se involucren cada vez más en todo tipo de manifestaciones en defensa de los derechos de las mujeres, Calvo ha considerado que es una “grandísima y magnífica noticia”, pues “no hace más de diez años estaban al margen e incluso pensaban que el feminismo era algo anticuado, superado, de sus abuelas y madres”.

Alabó el que “se incorporen como caudal de participación y apuesta”, porque “ellas también han entendido que el machismo se camufla de manera muy persistente”, como “también se han dado cuenta de que la violencia que te mata no solamente es para las mujeres más mayores, o con más o menos nivel de formación”, sino que incluso siendo mujeres empoderadas, “a ellas también se les pega, arrincona y algunas son asesinadas”.

“Han descubierto que ésta también era su lucha y eso era necesario e imprescindible, porque sin ellas no podíamos seguir avanzando”. “Somos una cadena: a las que ahora estamos otras le abrieron camino; nosotras le abrimos camino a las más jóvenes, pero la jóvenes no llegaban, hace diez años no estaban, y ahora están”.

Respecto a su papel, considera que “aportarán lo nuevo”. “Nosotras les hemos aportado el divorcio, la interrupción voluntaria del embarazo, el sufragio, la discriminación positiva, la ley cremallera, la democracia paritaria… Hemos forzado entrar en el espacio público y del poder. Y yo espero que ellas traigan la innovación”, que tengan “una mirada más humanizadora en relación a los modelos de vida, a las nuevas tecnologías y que aporten con originalidad cuál es la percepción que las mujeres tenemos de la vida; algo que nosotras no hemos podido hacer porque tuvimos que desmontar el machismo”. En definitiva, “tendrán que construir el feminismo”.

Ultraderecha y feminismo


Preguntada por la irrupción de la ultraderecha en las instituciones y su acoso al feminismo, Carmen Calvo destacó que “somos su objetivo” porque “no hay nada en este momento que haga una transformación más profunda de la vieja estructura”. “El feminismo –dijo- ha trastocado absolutamente para bien los modelos tradicionales de comportamiento de lo masculino, lo femenino y las estructuras sociales. La derecha tiene olfato, sabe perfectamente que somos el objetivo a batir porque somos las que estamos transformando la realidad”.

“La derecha y la ultraderecha quieren un orden absolutamente vetusto, jerárquico, que no reconoce en realidad derechos ni oportunidades a las mujeres, por eso somos su objetivo, porque no hay nada en este momento que transforme más una sociedad que la participación y el empoderamiento de las mujeres. Cambiamos el modelo de familia, cambiamos los modelos de relación, de consumo, de comportamiento… lo cambiamos casi todo. Así que la ultraderecha, que por su propia naturaleza es retrógrada, nos tiene como objeto favorito de su deseo macabro”. Pero por eso también –añadió- “nosotras les contestamos” de manera “muy directa políticamente hablando”. “Ellos son negacionistas del clima y de la violencia de género, pero las asesinadas están ahí y es muy difícil negar nada”.



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