La Policía responde a la negativa a la 'ley Sinde' deteniendo a varios piratas cinematográficos

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REDES | Propiedad intelectual | Lo sucedido ayer alimenta la creciente sensación -avalada por infinidad de ejemplos- de que la política y la justicia son cosas de niños manejadas a su antojo por nuestros máximos responsables públicos. Solo así cabe entender la operación en la que la Policía Nacional detuvo a dos propietarios de webs de descargas de estrenos cinematográficos tan solo unas horas después de que el Congreso de los Diputados tumbara la 'ley Sinde' antidescargas, en cuya votación el Gobierno se quedó solo. Con dicha actuación quedaban claras dos cosas: la respuesta inmediata -demasiado inmediata- a la delincuencia 'intelectual' y lo que la mayoría de los internautas denunciaba de la ley promovida por el Ejecutivo: que la piratería -en cualquier ámbito- ya es delito, por lo que no hacía falta legislar con carácter de urgencia y de manera chapucera sobre este asunto. Los detenidos son presuntos responsables de un delito contra la propiedad intelectual, en su modalidad de piratería cinematográfica. Dirigían los principales grupos de screeners de Andalucía y la Comunidad Valenciana, personas encargadas de grabar en cines los últimos estrenos.

Las grabaciones eran montadas y subidas a un total de seis sitios web en cuestión de horas tras su aparición en las salas comerciales. Durante 2010 habrían copiado y difundido más de 100 películas que se habrían descargado en 2.500.000 de ocasiones, lo que les habría reportado importantes beneficios a través de publicidad. Han sido desmantelados cuatro laboratorios audiovisuales ubicados en Sevilla y Valencia y arrestados también dos screeners que, en horarios de baja afluencia de público, realizaban las grabaciones en alta definición.

Estos laboratorios estaban dotados de todo tipo de medios técnicos audiovisuales e informáticos para montar y sincronizar el audio y el vídeo de los estrenos. Las obras cinematográficas eran grabadas en salas de cine de la Comunidad Valenciana y Andalucía. Para ello, los screeners acudían a los cines en horarios de baja audiencia provistos de cámaras de vídeo de alta definición con los soportes adecuados para fijarlas y obtener imágenes estáticas, o bien de grabadoras de audio también en alta definición.

En las ocasiones en las que la película ya estuviera disponible en internet, pero en un idioma extranjero, solo necesitaban capturar el sonido en castellano. Una vez contaban con las grabaciones, estas eran montadas en los cuatro laboratorios desmantelados en Sevilla (2) y Valencia (2). Las copias se alojaban en servicios de hosting de servidores en el extranjero por razones de seguridad y prácticas (estos datos ocuparían mucho espacio en los discos duros de los laboratorios).

TODOS LOS DETALLES

Posteriormente, las películas eran publicitadas y comercializadas en internet, anunciándose para ello en diversas páginas web a través de diferentes portales. En estas páginas se publicaban los enlaces a las películas, siempre archivos de gran calidad, así como se ofrecían también de forma gratuita multitud de videojuegos o sofware informático. Los contenidos estaban muy elaborados, hasta el punto de que cada película se identificaba con su cartel promocional original que, al hacer clic sobre él, ofrecía también los datos técnicos y la sinopsis de la obra, incluso las visitas que hubiera alcanzado.

INGRESOS POR CADA VISITA

Los beneficios económicos de estas páginas se obtenían a través de la publicidad por dos modalidades distintas: bien por cada una de los accesos que recibiera dicha web, o bien mediante el envío de publicidad a las direcciones de correo electrónico que se requerían a los interesados en descargar los archivos. Esta publicidad no se contrataba directamente con las empresas anunciantes, que normalmente son muy conocidas, sino con mayoristas a los que se factura en función del número de impactos registrados por un software denominado "contador".

Los agentes registraron varios domicilios relacionados con los detenidos en Valencia y Sevilla y se incautaron de numerosas vídeo-cámaras, grabadoras de audio, ordenadores portátiles y discos duros. La operación ha sido desarrollada por agentes del grupo de delincuencia especializada de la UDEV de Alicante, con la colaboración de la  Brigada de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial y de los Grupos de delitos tecnológicos de las Brigadas Provinciales de Policía Judicial de Sevilla y Valencia.

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