¿Y García Margallo, por qué no?
Escrito por José Luís Arellano Herrera Sábado 12 de Noviembre de 2016 00:00
Opinión - José Luís Arellano Herrera
www.nosolomerida.es | Opinión | José Luís Arellano Herrera | Anoche vi en TV los cambios que se han producido en el gobierno con el nombramiento de los nuevos ministros y a fuerza de ser sincero tengo que decir que la exclusión del Sr. García Margallo como Ministro de Asuntos Exteriores, a mí no me ha parecido bien en absoluto por muchas y variadas razones, y no es que yo pretenda justificar mis adhesiones populistas por afinidad política que no, en absoluto.
Pero ha sido un político que inició su andadura muy pronto en las Juventudes Monárquicas Españolas en 1960, ha sido Diputado desde 1977, Parlamentario Europeo entre 1994-1999, y hasta creo que nos tocó la lotería de Navidad el 22-12-2011 cuando fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Gobierno de España. Es decir que ha cumplido a la perfección los cargos que se le encomendaron y para rematar la faena, tuvo hasta la valentía de comentarnos hace unos días, que antes de marcharse, veríamos la bandera española ondear en el Peñón de Gibraltar que no es poco; o es que finalmente no seguía las líneas de conducta que le asignaba el Sr. Rajoy.
Y viene a cuento mi comentario, porque estando en la puerta de los Alcázares cordobeses un sábado día 08-11-2014 esperando la llegada de unos novios amigos que se iban a casar, veo llegar al Sr. García Margallo con su esposa y sin pensármelo dos veces, me acerqué a saludarlo diciéndole “Hombre Sr. Margallo, que hace un hombre como Ud., en un sitio como éste”, él amablemente me contestó que habían tenido aquel día una reunión política de su Partido en Córdoba y que ya aprovechaba el día para visitar la ciudad.
Al decirle que yo era de Mérida, me contestó que a él le gustaba mucho nuestra ciudad y yo sin pensármelo dos veces, le dije: “Sr. Margallo, puedo asegurarle a Ud., que es el Ministro del gobierno del Sr. Rajoy que mejor me cae de todos”, a lo que me contestó dándome las gracias con una franca sonrisa que a todos nos sorprendió.
Por su esmerada y conservadora labor política, no entiendo que se pueda prescindir de una persona tan válida. Por eso, y solo por eso pregunto: ¿Y García Margallo, por qué no?.