Investigado un vecino de Hernán Cortés por cazar ilegalmente con artes prohibidas.
Escrito por Redacción Jueves 23 de Enero de 2020 00:00
www.nosolomerida.es | Se le intervienen 115 trampas tipo costillas, con las que capturó de forma ilegal 21 ejemplares de distintas especies de aves silvestres.
Algunas de ellas, protegida por la legislación vigente e incluidas en el listado de especies silvestres en Régimen de Protección Especial, así como en el Catálogo Regional de Especies
Amenazadas en Extremadura.
Cazar especies silvestres no autorizadas con este tipo de medios no selectivos y de forma masiva, puede constituir un delito contra la fauna y suponer para los infractores una pena de prisión de hasta dos años.
La Guardia Civil de Orellana la Vieja y Equipo de SEPRONA de Badajoz, instruyó diligencias judiciales por delitos contra la fauna y caza ilegal a un vecino de Hernán Cortés, al que sorprendieron cazando con artes prohibidas.
El pasado viernes, Guardas Rurales de Campo de Castuera, comunicaron a los agentes de la Guardia Civil, que en una finca del municipio pacense de Navalvillar de Pela, se hallaba una persona supuestamente cazando ilegalmente.
Trasladados los agentes al lugar de los hechos, identificaron a un vecino de Hernán Cortés, con antecedentes por delitos relativos a la protección de la fauna y la caza ilegal.
Tras su identificación e inspección de la zona, le intervinieron un total de 115 trampas conocidas como de costilla, gran parte de ellas colocadas y dispuestas para su uso, y otras, ocultas camufladas en un doble fondo practicado en el motor de su vehículo.
Además, se le intervinieron treinta y nueve bolsas de raticida, algunas situadas junto a las trampas activas, con las que acababa de capturar y dar muerte a veintiún ejemplares de aves silvestres, algunas de ellas protegidas e incluidas en el listado de especies silvestres en Régimen de Protección Especial, así como en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en Extremadura.
El hecho de cazar estas especies con artes prohibidas, como son este tipo de trampas, con un carácter no selectivo para las especies, y masivo por afectar indiscriminadamente a estas cantidades de aves, puede ser constitutivo de un delito contra la fauna, que puede suponer para los infractores una pena de prisión de hasta dos años, con un posible incremento de la pena al ejercer la caza de manera ilegal en época de veda.
Ahora la Guardia Civil investiga si el destino final de estas aves era el comercio clandestino.
Las diligencias instruidas son puestas a disposición de los Juzgados de Instrucción de Villanueva de la Serena.
