El Temple y la pureza
Escrito por Tiresias Lunes 24 de Julio de 2023 00:00
www.nosolomerida.es | Festival de Mérida | Edipo| El paralelismo que utiliza Teatro del Temple para rescatar del catálogo de clásicos imperecederos el Edipo de Sófocles y ofrecerlo con renovado interés es la irrupción en nuestras vidas de una pandemia, un azote incontrolable que diezma la población y empobrece a sus habitantes. Hoy se llama coronavirus como entonces se llamó peste, pero lo impepinable es que el destino no da tregua, que los dioses —si los hubiere— se ríen de nosotros. Y no está mal traído el intercambio de plagas, lo que pasa es que luego, en su adaptación, Alfonso Plou se olvida pronto del recurso y centra s
u trabajo en la parte detectivesca de la trama. Lo mismo que Carlos Martín, en cuya puesta se va desvaneciendo igualmente la amenaza de la enfermedad según avanza la fatalidad del protagonista de la tragedia.
Menudencias aparte, lo verdaderamente plausible en la propuesta de la treintañera compañía zaragozana es su honestidad, su ortodoxia, su pureza a la hora de divulgar al espectador contemporáneo las tribulaciones del acomplejado rey tebano. La ritual escenografía de Óscar Sanmartín, el orgánico vestuario de Ana Sanagustín, la ancestral música interpretada en directo por Gonzalo Alonso y los elocuentes cantos en griego arcaico alternados por el elenco y el coro, dejan a las claras sus intenciones: respetar la tradición en la medida de lo posible.
En segundo plano quedan la endeblez del propio Martín como protagonista del asunto, y el desafío a la credulidad de que él pueda ser, siquiera en la ficción, hijo de Irene Alquézar, que es quien encarna a su madre y esposa, Yocasta. Por suerte, al rescate de la función acuden Alba Gallego, que desde la discreción más deslumbrante hace el viaje que va de una simple ciudadana a una condenada Antígona, y el flirteo con el clown de Chavi Bruna, quien primero reparte las cartas como Tiresias para lucirse, aún más si cabe, como mensajero en el último tramo.
