Cosas que le pueden pasar a un hombre por ser varón y residir en el Reino de la Igual-da de género

Opinión - Carlos A. Caldito

OPINIÓN | Hace aproximadamente una semana, cuando estaba finalizando el día (casualmente el día en el que participaba en una tertulia quincenal que tenemos varios amigos desde hace ya más de tres años), recibí una llamada telefónica de un hombre que me pedía consejo, pues había tenido una discusión con la madre de su hijo. Este hombre ya me tenía al corriente de sus desavenencias/diferencias con la madre de su hijo, cada vez más frecuentes, que acababan en discusiones acaloradas, típicas de cualquier pareja que mantiene una relación deteriorada, muy deteriorada; gentes que 'se llevan mal', de las muchas que en España acaban en divorcio, un año sí, y otro también.Ya habíamos hablado en varias ocasiones, y yo le había alertado (aparte de recomendarle que fuera a algún gabinete de Mediación y Orientación Familiar) del gran riesgo que corría si la relación con su mujer transcurría por los derroteros que me contaba.

Ya le había advertido de la posibilidad de que su mujer acabara presentando una denuncia falsa contra él, por 'violencia de género', y que cualquier día acabaría en el calabozo de la policía, posteriormente ante el juzgado de 'violencia sobre la mujer', y finalmente con una 'orden de alejamiento', mediante la cual su mujer conseguiría 'resolver' de manera rápida la 'situación', quedándose con la casa de ambos (de la cual tendría que seguir él pagando la hipoteca) y alejando, de paso, a su hijo, y privándolo de participar en su educación y su crianza.

Le dije, en la conversación telefónica de aquella noche (de esto, como decía, hace aproximadamente una semana), que no se le ocurriera volver a su casa y que durmiera en algún lugar 'neutral', y que al día siguiente acudiera a la comisaría de policía acompañado de un abogado de confianza. Le insistí especialmente en que no tuviera la 'feliz ocurrencia de acudir solo' a la comisaría, pues posiblemente, cuando fuera, ya habría presentado denuncia su esposa contra él, y lo detendrían. Así quedamos, y yo me comprometí a acompañarle al día siguiente.

Al día siguiente no tuve noticias suyas, pero sí de sus padres; hacia el medio día se pusieron en contacto conmigo para decirme que su hijo había pasado la noche en los calabozos de la policía, y que allí seguía 'retenido', que aún no había sido puesto a disposición judicial, porque en el juzgado de guardia (casualmente le correspondía al 'juez decano' de los de Badajoz) habían estado muy ocupados.

Me entrevisté con ellos a primera hora de la tarde, me contaron que su hijo había acudido a la comisaría por consejo de un vecino Guardia Civil, que había sido detenido la noche anterior; me dijeron, también, que habían puesto a su disposición a un abogado de oficio, de 'violencia de género', y que su hijo lo había rechazado, y que habían recurrido a uno 'de pago'. Les indiqué que le solicitaran al abogado que solicitara para su hijo el 'habeas corpus', y que su hijo estaba siendo víctima de una detención ilegal. Hablaron con el abogado en mi presencia, por teléfono. El abogado desaconsejó tal cosa, pues consideraba que corrían un serio riesgo de 'cabrear' al juez y que (aunque fuera cierto, que el hombre estaba detenido 'ilegalmente') podía 'volverse contra él', más tarde o más temprano.

También les aconsejé que le dijeran al abogado que no se le ocurriera recomendarle que firmara una 'sentencia de conformidad' cuando compareciera al día siguiente ante el juzgado de 'violencia de género', pues, si se reconocía culpable, no tendría posteriormente ninguna posibilidad de recurrir a ninguna instancia superior, y mucho menos oportunidad de clase alguna de intentar demostrar su inocencia. Tampoco olvidé decirles que en el 'juicio rápido' procuraran acordar algún procedimiento para que el papá pudiera seguir teniendo contacto con el hijo que tiene en común con la mujer 'falsaria'.

Al día siguiente (ya había pasado el papá dos noches en los calabozos de la Comisaría de Badajoz, detenido ilegalmente, siguiendo el 'protocolo Ru-gal-caba'), recibí una llamada telefónica de los padres del hombre falsamente denunciado: me indicaron que su hijo iba a ser soltado de un momento a otro, y que si no tenía inconveniente en acompañarlos a los juzgados.

Me dirigí a los juzgados hacia el mediodía, y allí me encontré con la desagradable sorpresa de que el abogado había convencido al hombre denunciado por su mujer falsamente por maltrato para que firmara una sentencia de conformidad, se declarara culpable, aceptara una orden de alejamiento,y 30 días de 'trabajos para la comunidad'. Nos dijo el abogado que había llegado a un pacto con el fiscal de violencia de género, que era el 'mejor acuerdo posible', que si no hubiera firmado corría un riesgo serio de acabar en prisión.

¡Otro hombre más a la lista del Observatorio de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial! Y ya saben: ¡Las denuncias falsas no existen, es cosa de los cómplices de los maltratadores, y algunos perversos jueces como el Juez de Familia de Sevilla, Francisco Serrano o la Magistrada de la Audiencia de Barcelona, María Sanahuja!

Resulta sorprendente que aún haya quienes piensan que la Guarda y Custodia Compartida de los hijos menores tras el divorcio es posible  de conseguir en España… También es sorprendente que haya quienes nieguen que la mujer que denuncia en falso se asegura la custodia exclusiva de los niños, el derecho a usar -también en exclusiva- la casa y una pensión 'alimenticia', por un procedimiento mucho más rápido que en un Juzgado de Familia y con muchas posibilidades de éxito.

No menos sorprendente (algunos consideramos que habría que llamarlo de otra manera, como prevaricación o algo así), que ni jueces ni fiscales intervengan cuando una mujer presenta denuncia falsa contra su marido, o compañero, tal como dictan las leyes. Presentar una denuncia supone beneficios inmediatos para la mujer, como poder alojarse en casas de acogida, un salario mínimo de integración, preferencia en acceso a viviendas de protección oficial, preferencia en la matriculación de los hijos en los colegios o en las bolsas de trabajo con subvenciones y desgravaciones para las empresas. Y, para 'remate del tomate', aunque el denunciado sea absuelto de la denuncia de maltrato, durante la tramitación del divorcio será de todos modos expulsado de su casa y se le privará de la relación con sus hijos.

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